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No nos cansaremos de decir lo importe que es saber en manos de quien ponemos nuestro cuerpo. No en vano, sabemos que solo tenemos uno que debemos cuidarlo bien porque será nuestro fiel compañero durante toda nuestra vida. Nuestra piel es el espejo que reflejamos y lo que hagamos en ella nos podrá ayudar a sentir o mejor o a hundirnos. Vemos como muchas famosas actrices que tienen a su alcance las mejores técnicas de rejuvenecimiento que existen se han perdido en el abuso de terapias artificiales y nada naturales. Vemos casos a diario incluso al poner la televisión y ver como de un día para otro fulanita que era bastante mona se ha convertido en un espectro, por querer mejorar han conseguido el resultado adverso. Cuando un o una paciente viene a nuestra clínica lo primero en lo que nos fijamos las esteticistas y la médico es en lo que haría que ese paciente se sintiera mejor al mirarse al espejo y ver un reflejo mejorado de sí mismo pero por supuesto, siempre sin perder el norte. No podemos pretender ser lo que es imposible de conseguir, yo siempre pongo mi ejemplo, si mido 1,58 cm nunca podré medir 1,70 cm. por mucho que lo desee, que además no es el caso. Por eso nos basamos en dar un protocolo correcto y real a todos los pacientes o futuros pacientes que vienen a informarse. A veces vienen con unas expectativas que no son posibles como conseguir unos labios más allá de lo que su propia estructura facial lo permite por eso el riesgo a esos labios de "boca de pato" que son tan antiestéticos, o esos neuromoduladores o toxina botulínica que deja esos rostros "asustados" por una mala colocación del producto. O cuando alguien quiere quitarse una mancha en pleno verano con peeling súper potentes sin cuidado posterior. Tenemos que hablar con los pacientes, saber qué desean cambiar y mejorar y si es posible. Hay muchísimas técnicas para ayudaros pero siempre saber en manos de quien os ponéis. Cuando alguien llega a informarse sobre una micropigmentación y viene con un trabajo previo realizado en algún sitio donde la calidad de los pigmentos dejan mucho que desear y se les ha mutado el color y además con técnicas que están prohibidas por sanidad si no están realizadas en centros que posean una licencia especial que está regulada por el Ministerio de Sanidad y por Salud Madrid, por favor, no miréis tanto el precio como la seguridad de vuestra salud. Siempre fijaros en las licencias que poseen las clínicas, no arriesgaros a poneros en manos de cualquiera que se crea que puede hacer el trabajo de un profesional médico cualificado con años de experiencia y que podrá siempre saber con qué producto o productos se ha trabajado, los números de lotes que son importantes a la hora de saber que se ha depositado en tu cuerpo y de qué manera ha llegado ese producto a la clínica. En el caso de la clínicas como la nuestra la normativa es muy clara. Las toxinas llegan a través de farmacia y siempre sin romper la cadena de frío. Desde la valija llega directamente a la nevera médica donde está a temperatura adecuada hasta que la Dra. Arrieta la utiliza. Desconfiar de quien promete los mismos resultados a precios mucho más económicos porque nadie da duros a pesetas como se decía en mi época. Desconfía de quien dice que es profesional médico y te aconseja ponerte la toxina en su casa para que te resulte más barata, o incluso en una peluquería o en un centro de estética sin licencia, es imposible que esa toxina haya salido de una farmacia. Puede que venga de cualquier sitio y a saber en que condiciones, luego pasan casos de parálisis faciales y de atrofias musculares irreversibles. Lo mismo ocurre con un aumento de labios o unos pómulos, los ácidos que se utilizan van en función de lo que un médico considera por densidad y si nos es un profesional podría incurrir en utilizar uno no adecuado y provocar lesión irreversibles como un caso que hemos conocido hace poco de una enfermera que colaboraba con una de nuestras doctoras en otra clínica que provocó una lesión en la zona del nasogeniano que necroso el tejido y que casi pierde parte del rostro la paciente. Y no te dejes envaucar por precio. No merece la pena. Confía en profesionales de larga trayectoria.